El pasado 27 de noviembre de 2025, el Comité Asesor Global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Seguridad Vacunal (GACVS, por sus siglas en inglés) evaluó dos nuevas revisiones sistemáticas de la literatura, realizadas mediante una metodología robusta, sobre la posible relación entre las vacunas y el trastorno del espectro autista (TEA).
Se sospecha una relación causal entre una vacuna y un evento cuando varios estudios de alta calidad indican una asociación estadística entre la exposición a la vacuna y el resultado de interés. En las revisiones sistemáticas, se buscan en bases de datos para asegurar una captura exhaustiva de los estudios publicados y que la calidad de todos los estudios incluidos se evalúe según metodologías bien aceptadas. Al revisar la evidencia para informar la causalidad, se da mayor importancia a los estudios de alta calidad y bien diseñados, con bajo riesgo de sesgo y poca importancia a aquellos con fallos metodológicos y alto riesgo de sesgo.
Como parte de una continua revisión que se realizó desde por lo menos hace 23 años en el 2002, se incluyeron sendas revisiones sistemáticas, se hizo una revisión exhaustiva de la evidencia más reciente publicada desde enero de 2010 hasta agosto de 2025, el Comité reafirmó su conclusión previa basada en revisiones exhaustivas realizadas en 2002, 2004, y 2012 de que no existe evidencia de una relación causal entre las vacunas y el TEA.
La primera revisión sistemática examinó la relación entre las vacunas que contienen tiomersales y el TEA, así como la asociación entre las vacunas en general y el TEA. Esta revisión fue una actualización de una revisión sistemática anterior realizada en 2012 e incluyó publicaciones en inglés desde enero de 2010 hasta agosto de 2025. En total, se incluyeron 31 estudios de investigación primaria: 16 específicamente sobre vacunas que contenían tiomersales y TEA y 15 sobre vacunas y TEA en general. Además, se incluyeron cinco metaanálisis (uno sobre tiomersales y TEA, tres sobre vacunas y TEA, y uno que examinó ambos) que resumían investigaciones también publicadas antes de 2010.
Veinte de los 31 artículos de investigación primaria, procedentes de 11 países diferentes e incluyendo estudios metodológicamente rigurosos, así como los cinco metaanálisis, no encontraron evidencia que apoyara una asociación entre vacunas, independientemente del contenido de tiomersales, y el TEA. Los otros once estudios (nueve procedentes de un solo grupo de investigación en Estados Unidos de América) sugerían una posible asociación; Sin embargo, estos tenían múltiples y significativos problemas metodológicos, y todos tenían una base de evidencia muy baja y un alto riesgo de sesgo. En suma, el gran conjunto de evidencia científica de alta calidad disponible, que abarca décadas e incluye datos de varios países, sigue apoyando firmemente el perfil de seguridad positivo y la ausencia de un vínculo causal con el TEA de las vacunas utilizadas en la infancia y el embarazo.
La segunda revisión sistemática se centró en estudios humanos que evaluaron los posibles riesgos para la salud asociados a vacunas con adyuvante de aluminio, cubriendo publicaciones de seis bases de datos de literatura y otras fuentes de literatura (hasta marzo de 2023). La evidencia de alta calidad de diez ensayos controlados aleatorizados y siete grandes estudios de cohorte no encontró asociación entre las vacunas con adyuvante de aluminio y enfermedades crónicas o sistémicas. Dos estudios informaron de una asociación entre la exposición acumulada al aluminio por vacunación y la prevalencia del TEA; Sin embargo, ambos estudios fueron ecológicos y, por diseño, incapaces de informar sobre la causalidad. Estos estudios también tenían otras limitaciones metodológicas y se consideraron con un riesgo crítico de sesgo, por lo que su nivel de evidencia fue valorado como muy bajo.
GACVS también revisó un estudio reciente sobre la seguridad de vacunas que contienen aluminio publicado después del periodo cubierto por la revisión sistemática. Este gran estudio de cohorte utilizó una metodología robusta para examinar datos de registro nacional de niños nacidos en Dinamarca entre 1997 y 2018, y encontró que la incidencia de 50 trastornos crónicos, incluidos el TEA y otros trastornos del neurodesarrollo, no estaba asociada con la exposición infantil temprana a vacunas adsorbidas por el aluminio. En resumen, la evidencia de calidad disponible no respalda ninguna asociación entre las trazas de aluminio utilizadas en algunas vacunas y el TEA, y respalda el uso continuado de vacunas que contienen aluminio.
Tras su revisión actual, GACVS reafirma las conclusiones de sus revisiones anteriores en 2002[, 2004 y 2012, de que la evidencia científica de alta calidad disponible indica que las vacunas, incluidas las que contienen tiomersal, aluminio o ambos, NO CAUSAN AUTISMO.
- Declaración del Comité Asesor Global de la OMS sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS) sobre vacunas y autismo CONSULTADO 11 DE DICIEMBRE DEL 2025.