La avalancha constante de información sobre medicamentos nuevos o ya comercializados exige disponer de un centro con la intención de poder acceder a ella de manera confiable. Por esta razón la OMS recomienda que cada hospital por pequeño que sea debería contar con su centro de información de medicamentos (CIM), para ayudar a resolver conjuntamente con los médicos, los farmacéuticos, las enfermeras y las comisiones hospitalarias todas las dudas relacionadas con el uso de medicamentos.
Se puede definir a un CIM como una unidad que forma parte de las actividades de los servicios farmacéuticos de una institución de salud, con presencia imprescindible del profesional farmacéutico, quien presta servicios de información sobre medicamentos sustentada en fuentes científicas, actualizadas e independientes 1. Otra definición que complementaría la anterior, seria “un sistema de conocimientos y técnicas que permite la comunicación de datos y experiencias sobre medicamentos para promover su uso racional”. Para cumplir con dicha función informativa, en los años setenta del siglo XX se crearon los denominados centros de información de medicamentos en algunos países desarrollados, en los que se proporciona información especializada, objetiva y actualizada sobre medicamentos, y contribuir así a su uso adecuado en beneficio del paciente.
Desde la aparición del primer centro de información de medicamentos en la universidad de Kentucky en 1972 2, ha aumentado su número en los Estados Unidos debido a su gran utilidad y resultados positivos (Figura 1) 3. En México el panorama no es tan halagador, ya que hasta diciembre del 2007, el Hospital Médica Sur fue reconocido como el primer Centro Institucional de Farmacovigilancia del sector privado. Algunas universidades como la UNAM o la UANL cuentan con esos centros, lo cual beneficia la formación académica de sus alumnos y público en general que solicite sus servicios.
OBJETIVOS DE UN CIM
El propósito de contar con un CIM en pediatría es brindar al pediatra información objetiva, actualizada, oportuna y precisa, que contribuya a mejorar la calidad de atención Institucional gracias a un equipo de trabajo comprometido en promover el uso racional de medicamentos, con la finalidad de realizar una terapéutica correcta y así contribuir al mejoramiento en la salud del paciente pediátrico y de la población en general 4.
ACTIVIDADES QUE REALIZA UN CIM
La búsqueda de información se inicia revisando las fuentes de información secundarias y terciarias. Sin embargo, la tecnología moderna poco a poco ha rebasado a los libros y a las revistas médicas como fuentes de información. Cabe recordar que las fuentes primarias corresponden a las evidencias de estudios clínicos, a las que pocas veces se tiene acceso. Aunque existen fuentes secundarias y terciarias, actualmente es necesario disponer de sistemas de computación adecuados y conectados con las principales redes de información sobre medicamentos, como Medline, Cochrane, Scopus, FDA Drug Bulletin, The Medical Letter, WHO Drug Information entre las más sobresalientes.
Una vez instalado el CIM de manera institucional son varias las acciones que puede llevar a cabo, por ejemplo:
– Atender consultas específicas de los diversos servicios clínicos del hospital sobre el uso adecuado de medicamentos confiables y eficaces de manera objetiva.
– Dar apoyo informativo a estudios sobre reacciones adversas al tratamiento farmacoterapéutico.
– Colaborar con la función docente de la farmacia y del hospital.
– Promover la capacitación continua del farmacéutico.
– Dirigir y participar en investigaciones clínicas.
– Dirigir y participar en programas educativos para médicos internos, enfermeras, estudiantes (medicina, farmacia) y público en general.
– Promover la participación del farmacéutico en el cuidado del paciente,
– Participar en forma efectiva en el Comité Farmacoterapéutico (CFT) mediante el apoyo científico y técnico en la elaboración y mantenimiento del formulario terapéutico.
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