Han pasado cuarenta y tres años de historia desde la fundación de Acta Pediátrica de México en 1980. Desde el primer artículo, escrito por el entonces director, Dr. Francisco Beltrán Brown, y hasta la fecha, se han publicado más de 1,900 manuscritos científicos: artículos originales y de revisión, casos clínicos, caso anatomo-clínicos, criterios pediátricos, editoriales, entre otros. Así, el acervo de la revista está conformado por centenas de escritos tributados noblemente por expertos de las diversas disciplinas de la pediatría, tanto del Instituto Nacional de Pediatría como de otras instancias de salud.
Uno de los grandes capitales de un país son sus profesionales de la salud dedicados a la investigación clínica y básica, algunos de ellos insertos en el campo de la pediatría en hospitales y otros campus en donde generan una enorme cantidad de conocimiento de carácter científico que beneficia a la población pediátrica. De estos profesionales, una gran cantidad (más de 3,000 en 4 décadas) han elegido a Acta pediátrica de México para ser el escaparate de su producción científica; a ellos, en nombre de quien escribe y de aquellos que me preceden en esta encomienda, les agradecemos y convocamos para continuar en el mismo sendero de compartir y difundir conocimiento en beneficio de la salud de los niños y sus familias.
Una mención especial me merece el inconmensurable trabajo del grupo de revisores pares de los escritos médicos, que, de manera imparcial, desinteresada y sobre todo con un ánimo de contribución al conocimiento, dedican el tiempo necesario. A todos ellos muchas gracias.
El Instituto Nacional de Pediatría ha sido el crisol y generador de conocimiento que ha trascendido más allá de las fronteras de México, y no en pocas disciplinas, ha contribuido al conocimiento global de la salud de los niños.
El campus del instituto se centra en un complejo de construcciones en donde destaca el hospital y la torre de investigación, mismos que, a lo largo desde la fundación del hospital en 1970 y 6 años después la torre de investigación, han trabajado en la generación de conocimiento de punta y en mejoras en la práctica clínica que han contribuido en todas las especialidades y subespecialidades de la pediatría mundial.
Un reto presente para Acta pediátrica de México es fortalecer el sentido de propiedad de la revista; armonizar los esfuerzos de ambas: Torre de investigación y hospital trabajando, creando y compartiendo conocimiento sume en la misma dirección.
Aunado a lo anterior, deseamos incorporar dos aspectos: el primero es invitar a las instancias respectivas para que basados en sus tesis de grado y emanadas del trabajo asistencial y de investigación de nuestros residentes de éste y otros hospitales y adaptados a un artículo científico, sean publicadas de manera programática y que Acta Pediátrica de México sirva de un escaparate de su esfuerzo y experiencia. El segundo es el poder aprovechar la enorme e inconmensurable experiencia de los maestros fundadores y decanos de las diversas disciplinas -que generosamente siguen asistiendo día a día a sus servicios o departamentos en donde todos ellos, otrora han sido por décadas su cabeza, hoy noblemente han dado paso a las nuevas generaciones que han formado-.
Sentimos una imperante necesidad de trascender como una revista referente en el campo de la pediatría, divulgando ampliamente el resultado de la experiencia, creatividad e intelecto de los autores. Queremos invitar a la comunidad científica dentro y fuera del Instituto Nacional de Pediatría para continuar enviando sus escritos médicos, con la promesa de que el proceso de gestión desde su envió hasta su resolución será expedito, trasparente e imparcial.
Los instamos a hacer eco de este trabajo.
“Manos a la obra”.
Dr. Felipe Aguilar Ituarte
Coordinador de la Unidad de
Publicaciones Médicas
Editor en Jefe de la Revista Acta Pediátrica
de México
Instituto Nacional de Pediatría