ANTECEDENTES
Las alteraciones de la glándula mamaria son un aspecto importante en la salud de la adolescente, y causa de preocupación para los padres y la adolescente, por lo que, en la revisión anual, es indispensable la exploración de las mamas y la capacitación para la autoexploración. 1
Las tumoraciones de la glándula mamaria durante la infancia y adolescencia son raras;2-7 su prevalencia es de 3.2 a 13.5% de las consultas en los servicios de Ginecología pediátrica. 3-7 Los tumores mamarios más frecuentes corresponden a fibroadenomas. 4,7 En una revisión de 15 estudios, que incluyó 1797 lesiones mamarias en adolescentes, Neinstein5 reportó la existencia de fibroadenomas en el 68.3% de los casos. El resto de las lesiones fueron, en su mayoría, cambios fibroquísticos y solo en el 0.9% se encontraron tumores malignos (adenocarcinomas y rabdomiosarcoma metastásico). La patología maligna es excepcional en mujeres menores de 20 años, con una prevalencia de 0.9% (entre lesiones primarias y metastásicas). 3,5
En el servicio de Ginecología del Instituto Nacional de Pediatría, del 1 de enero de 2002 al 31 de diciembre de 2013, de 19,986 consultas ginecológicas a niñas y adolescentes, la frecuencia de patología mamaria fue de 4.58% y correspondió al cuarto diagnóstico más frecuente. 4 Cuadro 1
Desarrollo mamario
El desarrollo mamario sucede con estricto control hormonal y genético. 6 Durante la cuarta a sexta semanas de vida fetal se desarrollan las yemas mamarias. En el quinto mes de la gestación ya se observa el pezón, la areola y una ramificación de 15 a 25 conductos, cada uno de ellos corresponderá, a partir de la pubertad, a un lóbulo mamario. Al nacimiento, la mama está formada por: el pezón, la areola y los conductos mamarios con células glandulares que forman acinos en los extremos, pero sin un desarrollo completo. Contienen conductos galactóforos, pero no alvéolos, porque estos permanecen hasta la pubertad.
Durante la infancia, la glándula mamaria permanece latente hasta que, en la pubertad, en respuesta a las altas concentraciones de hormonas sexuales, se desarrolla el tejido mamario gracias al efecto de los estrógenos y la progesterona. Los primeros producen el crecimiento del tejido ductal y adiposo, mientras que la progesterona actúa en el desarrollo de la zona lóbulo-alveolar, provocando la diferenciación secretora de conductos y acinos.
La unidad funcional de la glándula mamaria es el alvéolo productor de leche que drena a través de un sistema ramificado de conductos hacia el pezón. Cada lóbulo tiene de 10 a 100 alvéolos que drenan hacia los conductos galactóforos que se unen para formar un seno detrás del pezón.
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