Definición
El suicidio consumado es el acto de poner fin intencionalmente a la propia vida. Las conductas suicidas o pensamientos y conductas suicidas no fatales son: a) ideación suicida, pensamientos sobre quitarse la propia vida; b) plan de suicidio, con la elaboración de un método detallado para suicidarse y c) intento de suicidio, realizar una conducta autolesiva con intensión de morir. La autolesión no suicida, se distingue de la conducta suicida porque la persona no intenta morir (p. ej. auto cortarse).1
Epidemiología
El suicidio se ha reconocido como un problema de salud pública en el mundo, con importantes repercusiones sociales y económicas.2,3 Afecta sobre todo a la población joven y ambos sexos, con mayor frecuencia de suicidios consumados en hombres y mayor proporción de intentos de suicidio en mujeres.
Durante 2022 en México, fue la cuarta causa de muerte en la población de 15 a 29 años4 y hubo un aumento en el pensamiento suicida y los intentos suicidas del 2020 al 2022 en la población adolescente.5 Entre los principales factores de riesgo se encuentran un intento de suicidio previo y los problemas de salud mental.
Aproximadamente el 24% de las personas que consuman un suicidio han tenido contacto con algún servicio de Salud Mental en el año previo a su muerte. La cuarta parte de ellos comete suicidio en los tres meses siguientes al egreso hospitalario con predominio en la primera semana, aunque la mayor parte de los suicidios ocurre al siguiente día del egreso y el 28.4% de los decesos por suicidio recibió tratamiento antes de cometerlo.6 La pandemia de COVID-19 parece haber promovido la aparición de síntomas internalizados (depresión y ansiedad) en la población adolescente, generando un incremento de solicitud de atención en los servicios de salud por conductas suicidas.7
PRESENTACIÓN CLÍNICA
Los intentos de suicidio en niñas, niños y adolescentes no son explícitos en la mayoría de los casos, hasta 61% acude por problemas no identificados (sin evidencia de autolesiones o por síntomas somáticos).8 Por lo que el personal de salud de primer contacto tendrá que sospechar esta problemática. En el Cuadro 1 se enumeran los principales motivos de consulta en los que se debe sospechar.
ABORDAJE INTEGRAL
La atención integral de las conductas suicidas en niñas, niños y adolescentes requiere la participación del personal de salud y sus familiares, es clave no dejar sola a la persona, restringir el acceso a medios de suicidio, valorar el nivel de riesgo y dar el seguimiento adecuado con un plan de seguridad al alta.9-12 En la Figura 1 se ejemplifican algunos riesgos físicos a los que puede estar expuesta una persona que ingresa al servicio de urgencias o es hospitalizado.
Proceso de atención clínica
Para facilitar el abordaje integral en los servicios de salud de primer contacto se propone un proceso de atención (Figura 2) para disminuir la variabilidad de la intervención entre los diferentes profesionales y apegado a lineamientos internacionales.13
El proceso inicia con el reporte de un intento abortado o interrumpido, o bien con la sospecha por el motivo de consulta, el primer paso consiste en determinar si la persona está médicamente estable, si no es así, debe estabilizar a la persona sin dejarla sola en ningún momento y en la medida de lo posible en un espacio seguro (Figura 1). Si viene agresiva o agitada se requerirá una interconsulta con salud mental. Posteriormente, hay que tamizar el nivel de riesgo suicida con el cuestionario ASQ (validado en adolescentes; se encuentra en proceso de validación por los autores para su uso en adolescentes mexicanos; Cuadro 2). Si responde No a todas las preguntas, se termina el tamizaje y se sigue con atención sistémica. En caso de que responda que Sí a alguna pregunta o se reúse a contestarla se debe hospitalizar al adolescente o referirlo a un lugar donde pueda ser hospitalizado y valorado por un servicio de salud mental.
Suicidio e intento de suicidio en usuarios hospitalizados
El suicidio y el intento de suicidio en usuarios hospitalizados se considera un evento centinela, es decir, derivado de la atención sanitaria, se considera una alarma y obliga a la institución a dar respuesta inmediata. Se debe prestar especial atención a las condiciones del ambiente físico para reducir el acceso a los medios suicidas en las instituciones y vigilar a la persona en todo momento para evitar que existan otros intentos en un periodo de tiempo en el que la persona es vulnerable.14
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