Hasta hace algunos años el conocimiento aprendido durante las experiencias de la práctica clínica, las pruebas de ensayo y error, así como los lineamientos gubernamentales fueron los recursos utilizados para la toma de decisiones sanitarias, teniendo así un proceso poco reflexivo, que repercutió en la calidad de atención de los pacientes.
Aunado a lo anterior, el médico clínico dispone de poco tiempo para revisar la información científica de investigaciones publicadas y, muchas veces, su crecimiento rebasa nuestras capacidades de lectura y análisis. Así mismo, no hay que olvidar que la información no está libre de sesgos, lo cual genera que las decisiones sanitarias se tomen sin evidencia sólida, lo que incrementa las complicaciones, gastos y tratamientos poco efectivos por parte de las instituciones sanitarias.
Debido a estos antecedentes se identificó una metodología científica que pudiera solucionar estos problemas, para ofrecer información resumida y de calidad suficiente, que facilitará a los médicos la toma de decisiones cotidianas y que se conoce como revisión sistemática; ésta consiste en resumir la mejor evidencia disponible, contestando preguntas clínicas definidas y utilizando métodos rigurosos de identificación, evaluación crítica y síntesis de todos los estudios científicos relevantes, ello con la finalidad de minimizar los sesgos e identificar “la verdad completa”.1
En las décadas recientes los investigadores han identificado la importancia de utilizar las revisiones sistemáticas como fuente de información, para presentar los resultados de la investigación científica y para poner al alcance de los profesionales de la salud información depurada y estructurada, para mejorar la calidad de los servicios de atención a los pacientes.
La Colaboración Cochrane es una organización internacional independiente, sin fines de lucro, cuyo objetivo es asegurar la existencia de revisiones sistemáticas y actualizadas sobre los efectos de intervenciones sanitarias para sustentar la toma de decisiones en materia de salud.
Actualmente existen en el mundo 53 grupos Cochrane para la elaboración de revisiones sistemáticas en diferentes tópicos sanitarios; cada grupo se vincula con un editor internacional para analizar la información generada localmente y facilitar la divulgación de sus resultados a través The Cochrane Library, en la editorial Wiley, que es uno de los medios de publicación electrónica más importantes en el mundo.
Con esta finalidad, México ha venido incorporando estos conceptos a sus líneas de trabajo en diversas instituciones del país, para mejorar la calidad de atención sanitaria, especialmente en unidades de primer y segundo niveles de atención. Gracias a la ayuda del Centro Cochrane Iberoamericano hemos podido difundir estos conceptos entre nuestros tomadores de decisiones.2-4
Antecedentes históricos de la Red Mexicana Cochrane
En 1995 algunos investigadores, interesados en mejorar la calidad de los servicios de salud, iniciaron la promoción del conocimiento de la Medicina Basada en Evidencia (MBE) en algunas instituciones de nuestro país; pero finalmente, en el año 2000, se creo la “Asociación de Medicina Basada en Evidencia”, la cual facilitó la comunicación entre las personas interesadas y difundió estos nuevos conceptos entre los profesionales de la salud.
Ese mismo año México inició su participación formal con el Centro Colaborador Iberoamericano, mediante el Instituto Nacional de Salud Pública, para contribuir en la difusión de los elementos de la medicina basada en evidencias e integrar a los investigadores para colaborar en la preparación de revisiones sistemáticas relevantes para nuestro entorno socioeconómico.5,6
Desde entonces, 13 diferentes instituciones de salud de todo el país participan con la Colaboración Cochrane (Instituto Nacional de Salud Pública, Instituto Nacional de Psiquiatría, Fundación Mexicana para la Salud, Instituto Nacional de Rehabilitación, Instituto Nacional de Pediatría y Hospital Infantil de México, entre otros) y favorecen la difusión de los conceptos de la medicina basada en evidencias y la formación de jóvenes investigadores para mejorar la calidad de atención a los pacientes.
Actualmente, los diferentes centros de colaboración han logrado autofinanciar sus proyectos y fortalecer sus actividades, lo cual favoreció al establecimiento de la Red Mexicana Cochrane; con ella, el doctor Giordano Pérez y yo pretendemos continuar las actividades desarrolladas hasta este momento y, en coordinación con el Centro Iberoamericano, impulsar nuestra producción para tener información científica de calidad, útil, y establecer políticas de salud que mejoren la atención a los pacientes en nuestro país.7,8
Organización de la Red Mexicana Cochrane
Hasta este momento, nuestra Red Mexicana se encuentra organizada por:
Cuatro centros colaboradores:
1. Centro Colaborador, Hospital Infantil de México Federico Gómez, en México D.F., dirigido por el Dr. Juan Garduño (jgarduno
@himfg.edu.mx).
2. Centro Colaborador y Coordinador de la Red Regional Mexicana Cochrane, Instituto Nacional de Pediatría, en México D.F., dirigido por el Dr. Alejandro Gabriel González Garay (agonzalezg@pediatria.gob.mx).
3. Centro Colaborador, Fundación Mexicana para la Salud, Funsalud en México D.F., dirigido por el Dr. Guillermo Meléndez Mier (melendez651@gmail.com).
4. Centro Colaborador, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey en Nuevo León, Monterrey, dirigido por el Dr. Luis Espinosa Sierra (luisespinosa@itesm.mx).
Cuatro centros asociados con el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey:
1. Centro Asociado, Comisión Nacional de Arbitraje Médico, Conamed, en México D.F., dirigido por Javier Rodríguez Suárez y Esther Mahuina Campos Castolo (fjrodriguez@conamed.gob.mx y mahuina@conamed.gob.mx).
2. Centro Asociado y Coordinador de la Red Regional Mexicana Cochrane, Hospital Pediátrico de Sinaloa Rigoberto Aguilar Pico, en Culiacán, Sinaloa, dirigido por el Dr. Giordano Pérez Gaxiola (giordanopg@gmail.com).
3. Centro Adherido, Instituto Mexicano del Seguro Social en México D.F., dirigido por el Dr. José de Jesús González Izquierdo (jose.gonzalezi@imss.gob.mx).
4. Centro Adherido, Hospital Civil de Guadalajara Dr. Juan I. Menchaca, en Guadalajara, Jalisco, dirigido por el Dr. Carlos Alberto Andrade Castellanos (andrade7979@hotmail.com).
Un centro asociado al Hospital Infantil de México:
1. Centro Asociado, Centro Dermatológico Dr. Ladislao de la Pascua, en México D.F., dirigido por la Dra. María Luisa Peralta Pedrero y Dra. Martha Alejandra Morales Sánchez (luisa.peraltap@gmail.com y marthams@prodigy.net.mx).
Un centro asociado al Instituto Nacional de Pediatría:
1. Centro Asociado, Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes, en México D.F., dirigido por el Dr. Arturo Cérbulo Vázquez (dirinv@inper.mx).
En los próximos años nos proponemos fomentar la comunicación entre todas las personas interesadas, incrementar la producción de revisiones sistemáticas y difundirlas entre los políticos para generar planes estratégicos sanitarios, con los cuales se tomen decisiones costoefectivas en nuestro país.
REFERENCIAS
1. Faba G, Sánchez M. La colaboración Cochrane en México; Anales Médicos Hospital ABC 2001,46;3:130-136.
2. Cochrane AL. A critical review, with particular reference to the medical profession; Medicines for the year 2000,1979:1-11.
3. Burls A. Antecedentes históricos, marco conceptual e importancia de la medicina basada en la evidencia; memoria del Seminario Internacional sobre Medicina Basada en la Evidencia 1999:21-33.
4. Docherty J. Atención a la salud basada en la evidencia práctica clínica; Memoria del Seminario Internacional sobre Medicina Basada en la Evidencia; CENIDS 1999:35-38.
5. The Cochrane Collaboration. General information. Disponible en: http://www.cochrane.de/cochrane/general.htm
6. Bonfill X. La colaboración Cochrane; Memoria del Seminario Internacional sobre Medicina Basada en la Evidencia; CENIDS 1999:105-124.
7. Editorial Cochrane´s legacy. Lancet 1992;340:1131-32.
8. Lifshitz A, Sánchez-Mendiola M. Eds. Medicina Basada en Evidencias. Ciudad de México: McGraw-Hill Interamericana, 2001:75-114.