Estimado Editor:
¿Es factible que los médicos pediatras puedan intervenir orientando a los papás de sus pacientes o a cualquier persona sobre alguna de las diversas estrategias que se requieren para alcanzar los acuerdos y la reconstrucción de los daños causados por los sismos, terremotos, huracanes e inundaciones como los que en meses previos afectaron a Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Morelos, Puebla y la Ciudad de México?
La respuesta puede y debe ser afirmativa a pesar de no ser ingenieros, arquitectos, antropólogos o sociólogos.
La experiencia que los Gobiernos Federal, Estatal y Municipal de las entidades afectadas, la de grupos especializados en rescate y la que la población civil mostró, fue de mucho entusiasmo, pero con una importante desorganización.1
Además del esfuerzo que hizo el Gobierno Federal y la Sociedad Civil hay que agregar el que brindaron varios países del mundo.
Ante situaciones naturales catastróficas, las primeras horas se orientan a salvar a las personas con vida y a rescatar los cadáveres. Simultáneamente, se debe establecer un programa de atención médica de urgencia, trabajar de una manera coordinada con todos los voluntarios participantes (Ejército, Marina, Policía Federal, rescatistas profesionales y voluntarios) para dar apoyo alimentario a las personas que están en la acción de rescate, a los familiares de las víctimas, a los cuerpos militares de seguridad y a la población civil que apoya al contingente humano ya señalado. Otras acciones son el establecimiento de estrategias sanitarias para todas las personas presentes, cuidar su seguridad personal y prevenir robos y pillaje, principalmente.
Aunque estas acciones y apoyos deben ser los que funcionen como eje rector o fundamental del Gobierno Federal, Estatal o Municipal; también es necesario plantear y señalar algunas estrategias que puedan evitar el dispendio o el mal uso de los recursos humanos, físicos y económicos que se han logrado. Uno de los objetivos principales es la reconstrucción o construcción de viviendas, de hospitales, de escuelas, de oficinas gubernamentales, y monumentos históricos, entre otros.
En este sentido, existen diversos programas de alcance mundial, que se enfocan a resolver una serie de situaciones físicas de la población afectada y que son primordiales en la fase aguda.2-6 Una vez atendido el problema inmediato, se debe plantear una estrategia que permita una resolución a mediano plazo.
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