DEFINICIÓN
Antiguamente conocida como luxación congénita de la cadera, actualmente se prefiere el término de displasia del desarrollo de la cadera por su carácter evolutivo y de aparición posnatal.
GENERALIDADES
La mayoría de los investigadores piensa en una combinación de factores en los que interviene, principalmente, un componente hereditario con penetrancia limitada. Esa sería la causa principal que, asociada con factores mecánicos como la posición en el útero, la cantidad de líquido amniótico, la forma de envolver a los recién nacidos y problemas musculares como debilidad del músculo glúteo medio, ya sea real o debida a la fuerza de los aductores y el músculo psoas.
Por lo anterior, siempre que exista un antecedente en la familia debe insistirse en la búsqueda de esta afección; también cuando el paciente tenga tortícolis o deformidades en los pies: equino varo o talo; haciendo énfasis en que la exploración debe repetirse cada mes los primeros seis meses ya que, por el carácter evolutivo del padecimiento, puede pasar inadvertido inicialmente y después tornarse evidente.
DATOS CLÍNICOS
El dato clave en esta edad es la limitación de la abducción de una o ambas caderas ya que normalmente, con las rodillas flexionadas, un recién nacido tranquilo (sin llanto) permite que ambas rodillas toquen la superficie de la mesa de exploración simultáneamente (Figuras 1 y 2).
Cuando no se logra la apertura de las caderas, se determina que existe limitación de la abducción, dato clave para el diagnóstico de displasia de la cadera en desarrollo.
Otro dato importante es la asimetría de los pliegues; sin embargo, hay pliegues “mentirosos”: los de la mitad del muslo debidos a la acumulación de grasa. Los pliegues que sí son patológicos son los de los labios mayores, los de los glúteos y los poplíteos (Figura 3).
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