“La vida no es la que uno vivió sino la que
recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
Gabriel García Márquez
Con estas palabras de Gabriel García Márquez quiero iniciar la semblanza de mi amigo y compañero José Luis Arredondo García, deseando tener la vehemencia de poder transmitirles algunos de los aspectos más importantes que lo distinguieron en vida.
Conocí a José Luis en enero de 1973, cuando iniciamos el curso propedéutico para la residencia de Pediatría médica en el actual Instituto Nacional de Pediatría, y desde entonces establecimos una relación formativa y familiar; él entonces, ya casado con Erika, compañera de toda su vida y con dos pequeñas hijas. Desde ese tiempo demostró capacidad de observación con actitud serena, reflexiva, no provocativa, cualidades que le proporcionaron alta estima entre sus compañeros de generación y que fueron, entre otros, motivos para ser nombrado jefe de residentes al concluir la especialidad de Pediatría.
Nació en la Ciudad de México, fue el sexto hijo de nueve hermanos, ambos padres originarios del estado de Guanajuato. Egresó de la Facultad de Medicina de la UNAM con Licenciatura en Medicina, generación 1966-1972 y, posteriormente, de la Escuela Superior de Medicina del IPN con estudios de posgrado e investigación, candidato a Doctor en Investigación en Medicina generación 2006-2009.
Durante su proceso formativo las enfermedades infecciosas predominaban como causa de morbilidad y mortalidad en los niños en nuestro país, lo que sin duda lo influenció para que su tesis de especialidad versara sobre la infección pleuropulmonar complicada y, en particular, la causada por Hemophilus influenzae, que fue el preámbulo para llevar a cabo la especialidad en Infectología pediátrica, que consolidó posteriormente con estadía de dos años en el Maxwell Finland Laboratory, dependiente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, enfatizando la relación de nutrición-infección.
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